Enfermedad Renal en la Infancia, actuar temprano para prevenir
Al celebrarse este jueves 10 de marzo el Día Mundial del Riñón, la Asociación Médica FEMI San José promueve acciones para destacar la importancia de la prevención de la enfermedad renal en el niño.
La preservación de la función de los riñones es un aspecto importante para lograr la salud integral del niño y alcanzar un crecimiento y desarrollo adecuados que los prepare para su inserción en la sociedad.
Los riñones actúan extrayendo productos no deseables del organismo. El fracaso de su función lleva a la acumulación de estos productos con efectos desfavorables sobre la salud y el crecimiento del niño.
Son muchas la enfermedades que pueden sufrir los riñones y se debe entonces buscar medidas para prevenir o detectar precozmente las alteraciones del aparato urinario, ya desde el embarazo.
Muchas veces la enfermedad renal es silenciosa y puede avanzar sin producir síntomas, manifestándose tardíamente en la edad adulta, por eso hay que buscarla.
La realidad de la enfermedad renal en niños en el Uruguay
La falla total en la función se denomina insuficiencia renal extrema y requiere en forma imprescindible el tratamiento con diálisis o trasplante para mantener la vida.
Aproximadamente 5 niños/ adolescentes nuevos por año requieren diálisis o trasplante en nuestro país, siendo ya 269 niños y adolescentes quienes requirieron diálisis desde el año 1980 a la fecha, y 97 los que recibieron trasplante renal desde 1979.
Existen enfermedades que pueden detectarse antes y otras luego del nacimiento, pudiendo conducir a una falla de grado variable en la función de los riñones.
El reflujo vesicoureteral (reflujo de orina desde la vejiga a los riñones) ocurre en el 1% de los niños, siendo más frecuente en los niños pequeños con infección urinaria.
La dilatación de las vías urinarias (hidronefrosis) en el feto se detecta en el 1-3 % de los embarazos, pudiendo corresponder en algunos casos a malformaciones de los riñones y/o de las vías urinarias.
La espina bífida se encuentra en el 0,7% de los recién nacidos y puede ocasionar enfermedad renal por afectación de la vejiga.
Medidas para diagnosticar una enfermedad oculta
La prevención de la enfermedad renal en pediatría comienza antes de la concepción, con un tratamiento adecuado con ácido fólico que reduce la frecuencia de malformaciones como la espina bífida y evitando ciertos medicamentos a la madre que están contraindicados en el embarazo.
Es importante el control del embarazo, realizando los estudios indicados que tienden a evaluar el crecimiento y la salud del feto.
El parto asistido en un centro asistencial garantiza una buena atención del recién nacido, le asegura un control adecuado y bienestar. Cualquier daño en algún órgano puede repercutir en todos los demás, entre ellos los riñones.
Los controles periódicos del niño con el pediatra permiten detectar y tratar en forma precoz enfermedades que afectan los riñones.
La hipertensión arterial puede ser causada por enfermedad renal y se encuentra aun en los niños más pequeños. Su frecuencia aumenta en niños y adolescentes con sobrepeso. Por ello es importante el control regular de la presión arterial.
Hay enfermedades renales que son hereditarias (poliquistósis renal, reflujo vésicoureteral, malformaciones renales, enfermedad de Alport). Si en la familia hay padres, abuelos, tíos o primos con problemas renales deben ser comunicados al pediatra. Estas enfermedades deben buscarse en todos los niños de la familia, aunque parezcan estar sanos. Es importante que los padres comuniquen al pediatra estos antecedentes.
Las malformaciones renales son la causa más frecuente de diálisis y trasplante renal en niños. Aquellos que presentan malformaciones deben controlarse con nefrólogo y urólogo infantil.
La infecciones urinarias
Las infecciones urinarias son frecuentes en la infancia. Algunas veces pueden ser la manifestación de la presencia de malformaciones urinarias que deben ser detectadas y tratadas para prevenir el daño renal.
Medidas de prevención
Las medidas a tener en cuenta son fáciles y están al alcance de todos. Solo debemos conocerlas.
Ingesta abundante de agua (no de refrescos).
Alimentarse con poca sal, hábito que debe ser compartido por todo el núcleo familiar
Alimentación completa, variada, frutas, verduras evitando la obesidad.
Evitar el abuso de analgésicos.
Consultar si el niño se moja de día después de los tres años.
Consulte si hay familiares directos (padres o hermanos) en diálisis o trasplante.
Seguir las indicaciones del pediatra y realizarle al niño los estudios que le solicitan
La salud integral del niño/ adolescente está a cargo del pediatra tratante quien es el referente fundamental y que valora al niño globalmente. El pediatra va a controlar el crecimiento y desarrollo y la aparición de cualquier síntoma que se aleje de lo normal. Si el niño tiene una enfermedad renal crónica deberá controlarse regularmente con nefrólogo.